Aunque las ventas cayeron en picada, llegaron con lo justo a terminar una nave

“Estamos terminando dos equipos remanentes del año pasado, pero la verdad es que son muy pocos los encargues para lo que sigue”. Los dichos pertenecen a Emanuel Bernardi, uno de los titulares de Metalúrgica BMB que como la mayoría de las industrias del sector, sufren los coletazos de una sequía que congeló los intereses de los productores de invertir en fierros nuevos.

Con un portfolio de productos integrado por tolvas y carros racionadores, quienes comandan la empresa familiar casi no pueden contentarse por el logro conseguido en la segunda mitad del año pasado: terminar con la obra edilicio de una nueva superficie en el Área Industrial de Armstrong.

“Finalmente justo antes del parate de ventas, pudimos concretar la construcción de la camisa de pintura que ahora tenemos que equipar. Se trata de la última estructura que nos había quedado funcionando dentro del ejido urbano de Armstrong y que era necesario mudar”, precisó Bernardi, sobre una estrategia que había anticipado a Punto biz hace exactamente dos años. La diferencia es que en ese momento las ventas iban en ascenso.

“La realidad es que luego de terminar con la obra las ventas empezaron a decaer hasta la situación actual, marcada por al incertidumbre respecto de la llegada de más encargues”, mencionó el metalúrgico y agregó: “Han renunciado algunos empleados y por la dificultad en el frente comercial por el momento decidimos no reemplazarlos”.

La decisión de los chacareros de cuidar sus desembolsos prima en una circunstancia climática adversa. “La cosecha de trigo fue mala y la gruesa no pinta mejor, por lo que estamos atravesando una coyuntura compleja que contrasta fuertemente con el escenario de hace dos años”, sumó.

Lo que sigue para Metalúrgica BMB es la incorporación de tecnología. “Acabamos de sumar también un torno numérico que es fundamental para la actividad y resta equipar la nueva sala de pintura con herramientas nuevas, ya que las que operaban en la sede anterior han quedado casi obsoletas”, manifestó.

También es una incertidumbre para los propietarios de la empresa el futuro de los galpones que han quedado ociosos en el área urbana de Armstrong. “AL margen de algunos interesados en convertir la superficie en área de estacionamiento de camiones, el grueso de quienes buscan alquilar el predio son industriales, algo que en teoría ya no se podría hacer por tratarse de terrenos que han quedado cercados por la población. Lo cierto es que hay un déficit industrial importante en la ciudad y hay mucha demanda de suelo fabril”, cerró Bernardi.