“Espiria es una forma de unidad entre el espíritu y el cuerpo, un restaurante con centro cultural, un concepto unificado que tiene tres patas: la gastronomía, el diseño y la espiritualidad”. Así intenta definir Federico Galuppo el concepto del nuevo espacio que en 15 abre sobre calle Montevideo frente a Tribunales y que llega para romper los moldes de lo establecido en la ciudad en la materia.
Luego de viajar mucho y de estudiar detalladamente cada paso que iban a dar, cuatro socios de entre 28 y 36 años encontraron el inmueble que albergaría lo que tenían en mente y que ahora lograron plasmar en Espiria. Se trata de una casona de más de 100 años que hace cerca de 30 estaba abandonada pero que se encontraba en muy buen estado.
El espacio era el ideal: 500 metros cuadrados distribuidos en cuatro plantas con terraza y cúpula incluidos, pero la tarea de convencer a la actual dueña no fue nada sencilla. “Hace un año empezamos a buscar casas. Vimos desde geriátricos hasta casas de 2 por 2 y a fin de año pasado vimos que se alquilaba este inmueble y ese mismo día entramos y lo recorrimos. La dueña no nos lo quería alquilar porque nos veía muy jóvenes, pero la invitamos a tomar el té, le contamos quienes éramos, vio que no éramos paracaidistas y se enganchó con el proyecto”, contó Federico a punto biz.
De los cuatro socios, dos son administradores de empresas (Federico y Alejandro Curmona), uno es economista (Maximiliano Landrein) y otro arquitecto (Daniel Brascesco), pero además llegan a Espiria unidos por la literaura y la meditación, actividades que practican más allá de sus ocupaciones laborales. Salvo Landrein, los otros tres abandonaron sus trabajos para dedicarse 100% al nuevo proyecto.
Así, la combinación entre arte, espiritualidad, gastronomnía y diseño va a estar dada en cada uno de los ambientes de Espiria y se reflejará tanto en los platos como en las actividades. “Por ejemplo, vos te sentás en una mesa y, como va a ser una pieza de diseño intervenida por un artista, si te gustó mucho la podés comprar”, contó Federico y sumó: “Queremos romper con el prejuicio de liviandad de la espiritualidad, mi idea es hacer algo con mas potencia, y mostrar que también hay un poco de rock en eso”.
De las cuatro plantas, en la primera funcionará el restaurante principal con el que también aprovecharán la movida de Tribunales con menú ejecutivo de platos no tan tradicionales y orientados a lo orgánico y lo natural aunque sin ser vegetarianos. El restó tiene también un gran jardín, un patio de invierno y un mini escenario en el que llevarán actuaciones de jazz o acústicos.
El segundo piso va a ir mutando entre bar y galería de arte de la mano de dos curadoras que expondrán fotografías y pinturas que cambiarán dos veces por mes. En ese segundo piso hay también una habitación que será intervenida por un diseñador una vez por mes y lo va a ir transformando, allí también se harán talleres de arte, fotografía y diseño.
El tercero será independiente, tiene sus propios baños y está más relacionado a lo espiritual. Allí se dictarán clases de meditación, yoga y tai chi chuan. Luego, en la terraza también funcionará un ambiente gastronómico aunque más orientado a bar y no tanto a restaurant. Además, la intención es que todo el lugar los jueves, viernes y sábado albergue un happy hour.
“Espiria es un nombre ficticio con el que quisimos generar un concepto unificado, algo que en Rosario hoy no existe aunque en Buenos Aires, en barrios como Palermo, está bien trabajado. No se explicar bien qué somos, pero sí se que somos distintos”, explicó Federico.
