Cuando la industria quedó exenta de ingresos brutos tras la reforma tributaria de 2012, el gobierno provincial empezó a idear el proyecto de un impuesto verde o ecológico que gravaría la emanación de gases al aire o de afluentes a las aguas. Hubo algunos intentos por avanzar en la legislatura pero no prosperaron, hasta ahora. Es que el gobierno provincial decidió incluirlo en el proyecto de Presupuesto 2014 y desde las cámaras empresarias del sector salieron a sentar posición al respecto, se mostraron en contra de la forma que se analiza para implementar el gravamen, aunque fueron cautos y reconocieron que hay muchas empresas que deben adecuarse ambientalmente.
En rigor, en las entidades gremiales se venían debatiendo borradores del proyecto, aunque hasta ayer ningún dirigente sabía a ciencia cierta cuál es el documento definitivo que la provincia presentará. Según las primeras versiones que se conocieron, el gobierno tomó nota de lo que se discutía puertas adentro en las reuniones con las cámaras y una muestra de ello es que se simplificaron de cinco a uno los aspectos gravables, atendiendo una demanda de los industriales.
Según pudo saber punto biz, en los proyectos preliminares que se venían discutiendo se incluían 5 impuestos en 1, los cuales tenían en cuenta: impacto de efluentes, residuos sólidos, líquidos, gaseosos y un último impuesto que era el que más objeciones había recibido ya que, en síntesis, proponía cobrar por el sólo hecho de ser una empresa y estar funcionando, sin tener relación con qué residuo se producía.
“Lo veníamos hablando con Fisfe y el gobernador hace algunos meses. Incluso hubo un par de proyectos de ley que se estudiaron, donde se hacía una categorización y había varios ítems que entraban en el impuesto. Ahora empieza un toma y traiga. La realidad es que si uno va a la esencia de las cosas, la provincia necesita recaudar mas porque no le dan la coparticipación y termina pagando el pato el comercio y la producción”, opinó el presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (AIM) Sergio Vacca.
El dirigente gremial empresario consideró que está “mal puesto” como impuesto ecológico: “Es una falsedad ideológica porque si hablamos de ecología lo bueno seria que de haber una penalidad sea para los que no cumplen. Ahora hay una imposición para todo el mundo, no porque se esté mirando en la ecología sino que hay un afán por recaudar”.
Sin embargo, Vacca fue cauto y si bien criticó algunos ítems del proyecto reconoció que del lado empresario hay cosas por corregir: “Hace tiempo que en la provincia hay una ley que obliga a las empresas a categorizarse respecto a su capacidad de generar residuos y contaminación. La realidad indica que es un porcentaje muy bajo el que cumple con toda la normativa que piden estas dos legislaciones”.
Una muestra de ello son los certificados de impacto ambiental que la provincia viene entregando desde el año pasado a industrias que se adecuan a la legislación vigente. Del amplio abanico productivo que tiene la provincia, el certificado fue entregado a menos de 50 industrias. Una de ellas fue Acindar. El año pasado, la empresa puso en marcha una nueva planta de tratamiento de efluentes de agua en Villa Constitución y este año está levantando una “casa de humo”, como se conoce a los tratamientos para efluentes gaseosos que estará terminada para principios de 2014.
En diálogo con punto biz, el gerente de asuntos externos de la compañía,Carlos Vaccaro, había sentado posición sobre este impuesto verde: “Hay que ser muy cautelosos con esta iniciativa porque debe ser un incentivo para cuidar mejor el medioambiente y no una fuente de recaudación. Lo importante es que ese impuesto permita desgravar por el uso del subproducto porque si no lo hace a la empresa le conviene pagar y no hacer inversiones en tratamientos como las que estamos haciendo”, resaltó Vaccaro. El directivo respaldó la posición de la Federación de Industriales de Santa Fe (Fifse) que está pidiendo que haya desgravaciones cuando hay tratamientos ambientales (por ejemplo plantas de efluentes) y que no sólo se enfoque a las emisiones.
Por su parte, el presidente de la Federación Gremial de Comercio e Industria, Reno Arcadigni, coincidió con Vacca: “El proyecto lo estuvimos discutiendo bastante. Tiene puntos a favor y en contra. Si bien es cierto que la industria no resiste un impuesto mas, si vale que se ponga orden a la producción en cuanto a los desechos. La idea de parte del Estado es buena, pero usar ese motivo para recaudar impuestos para otra cosa, no lo es. En su momento, lo que nos presentó el Gobierno fue confuso en cuanto a qué se piensa hacer con el dinero y cuál iba a ser la alícuota a pagar”, indicó el dirigente.
El propio ministro de Economía Angel Sciara echó ayer en declaraciones a algunos medios algo de claridad sobre el destino que tendrán los fondos que se obtengan del cobro de dicho impuesto, al informar que la recaudación de este tributo se destinará a la financiación de la agencia para el desarrollo de la ciencia y la tecnología en la provincia, algo que hasta hace muy poco no estaba en los papeles de los referentes gremiales.
Lo cierto es que el hecho de incluir el impuesto “ecológico” en el proyecto de Presupuesto 2014 es también una movida política y estratégica de parte del gobierno provincial que atará la discusión del tributo a cuestiones más de fondo.