Videovigilancia para toda la bota

El temor por la inseguridad ya no es potestad de las grandes ciudades. Acobardados por algunos hechos que rompieron la calma de las comunidades, los pueblos chicos hoy intentan sumar medidas que frenen los delitos de mayor calibre y sobre todo calmen la intranquilidad de muchos vecinos.

El ejemplo más claro del fenómeno lo aporta la alegría con que los ciudadanos han recibido los $5 M que el gobernador Antonio Bonfatti destinó a la compra de cámaras de videovigilancia para 47 localidades -algunas con menos de 400 habitantes- y el tipo de proyecto que se tienen en mente ejecutar con esos recursos.

“Si bien son $120.000 que alcanzan para comprar algunas cámaras, es el puntapié inicial para la videovigilancia en el pueblo, y la comuna también invertirá para ampliar el número de dispositivos”, le dijo a punto biz Angel Paolucci, al frente de la Comisión Comunal de Theobald, en el departamento Constitución, muy cerca de la autopista a Buenos Aires. El sitio que tiene poco más de 350 pobladores ya cuenta con una plataforma de alerta en funcionamiento. “Se trata del sistema de alarma comunitaria que opera en algunos barrios en ciudades grandes. Aquí los vecinos compran un control remoto que cuesta $200 y con él pueden activar la alarma que suena en las calles. Sirve tanto para avisar si hay gente sospechosa en la calle o hasta para una urgencia de salud. Si suena, no solo la policía entra a trabajar, si no que todos los vecinos activan los sentidos para ver qué ocurre”, sumó.

Claro, la tecnología ayuda, pero sobre todo aplaca los miedos de los vecinos. “No suelen darse delitos de gravedad en la zona, pero la gente tiene temor. Mientras más herramientas tienen a mano para sentirse seguros, mejora la calidad de vida, incluso cuando suena una alarma estridente”, planteó el jefe comunal de Theobald. La discusión se centra ahora en el poder de la videovigilancia en una comunidad pequeña, con gente que se conoce, donde la tecnología termina controlando los movimientos de todos los vecinos en el propósito de detectar la presencia de eventuales extraños

“Los vecinos toman como positiva la medida, pero exigen solución de fondo. Básicamente más patrullaje policial para volver a vivir tranquilos. En el acceso al pueblo calculamos que una cámara va seguro”, mencionó Juan José González, presidente de la Comuna de Díaz, en el departamento San Jerónimo a 70 kilómetros de Rosario.

El asedio de la delincuencia para las localidades que son cercanas a los conglomerados urbanos más grandes es creciente.”Creemos que es por la conexión que ofrece nuestro pueblo con Rafaela, Esperanza y Santa Fe. Por el centro de Nuevo Torino cruzan dos rutas provinciales con gran tránsito y solemos tener viajeros que dan vueltas por las calles. Eso es un problema”, repasó Juan Carlos Imsteyf, sobre la afectación del poblado que él comanda en el departamento Las Colonias, con 600 habitantes.

La iniciativa provincial que distribuyó esta semana los fondos beneficia a Granadero Baigorria, San José del Rincón y Tostado, y las comunas de Bouquet, Colonia Tacurales, Luis Palacios, Aurelia, Florencia, Bombal, Hipatía, Virginia, San Carlos Norte, Ramona, La Rubia, Constanza, Sarmiento, Las Bandurrias, Arroyo Aguiar, Galisteo, Santa Teresa, Sauce Viejo, Diego de Alvear, Colonia Bicha, Hersilia, Chabás, La Chispa, Villa Eloísa, Theobald, Pueblo Esther, Sa Pereira, Maggiolo, San Jerónimo del Sauce, Díaz, Monje, Centeno, Bernardo de Irigoyen, Nuevo Torino, Godeken, María Luisa y Tacural.