Un ingeniero y un diseñador encontraron el negocio para lanzarse solos

Ezequiel Salzmann es un ingeniero industrial de San Jerónimo Norte y en su recorrido por el sector de la maquinaria agrícola detectó un problema en las cosechadoras. Y luego de buscar cómo resolverlo, la fórmula la halló junto con un amigo, Marcelo Della Giustiana, que es diseñador gráfico.  Así, se cortaron solos, desarrollaron un producto innovador para maquinaria agrícola y y en base a él armaron un emprendimiento, su propia empresa: Novo Ingeniería, cuyo producto estrella son unos patines para cabezales de cosechadoras que alargan la vida útil de la maquinaria al mismo tiempo en que reducen los costos de instalación y energía al usarse.

“A pesar de tener carreras muy diferentes, la búsqueda continua de nuevos desafíos y de un punto en común entre nuestras raíces y profesiones, nos ayudó a encontrar un hilo conductor que nos llevó a razonar e implementar el desarrollo de un producto que pueda aplicarse en una gran cantidad de cosechadoras, y que a su vez sea de un alto beneficio para el usuario como también dar valor agregado a la industria", explicó a punto biz, Salzmann.

Teniendo en cuenta que el parque de maquinaria agrícola nacional está en constante crecimiento y tiene la necesidad de mantenimiento, luego de proyectar varias ideas, en mayo lanzaron oficialmente la línea de patines para plataformas y/o cabezales de cosechadoras para toda las marcas nacionales e importadas. “Consultamos varios especialistas y todos nos daban el mismo diagnóstico: el sector necesitaba fabricar repuestos de alta calidad con un corto plazo de entrega a un costo competitivo. Y a través del entorno de campos sembrados con soja y del objetivo de fabricar un producto seriado, de gran uso y recambio, no dudamos en pulir los detalles y lanzar los patines de cosechadoras”, contó el ingeniero industrial sobre la salida al ruedo con Novo Ingeniería, que cuenta con taller propio dónde diseñan los patines.

En cuanto los beneficios que este nuevo producto le genera al sector agrícola, señalan que el sistema de carga estándar no requiere conexión a un suministro de alimentación. Además, reduce costos de energía e instalación, la degradación de materiales y se realiza una carga más rápida y limpia.

Innovar y fabricar un producto fusionando dos miradas distintas, fue la premisa de estos amigos que se convirtieron en socios, y que en pocos meses ya recibieron consultas de empresas de Corrientes, Córdoba, Tucumán y Buenos Aires y de diversos productores, interesados en la distribución de sus productos.