Seis meses para ver si colectivos pueden funcionar con biodiesel de aceite reciclado

A partir del convenio firmado por la Municipalidad, la Fundación de Investigaciones Medioambientales y la empresa de biodiesel El Albardón, el aceite que aporten más de 500 locales gastronómicos de la ciudad será reutilizado para proveer de combustible, en principio, a un colectivo de La Mixta (un segundo será tomado como referencia comparativa y se lo abastecerá con gasoil común), que ayer sumó 10 unidades a su flota. En caso de que la experiencia resulte exitosa, la idea es replicarla en el resto de las unidades.

El aceite utilizado a diario por bares y restaurantes demora 14 años en biodegradarse, muchas veces vuelve a ser consumido por las personas -con el riesgo que eso implica- a partir de su venta en circuitos ilegales y otras tantas es usado también ilegalmente en criaderos de pollos o cerdos. De allí la determinación de la Fundación de Investigaciones Energéticas y Medioambientales (Fiem) de evitar que contamine y en cambio darle un destino más útil, para lo cual lanzó el programa Progreco.

Este consiste en la recolección del aceite utilizado en más de 500 locales (con la colaboración de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica de Rosario) y su traslado a centros de acopio especialmente adaptados para recibirlos. Una vez reunido, este material es trasladado a la empresa El Albardón Bio para su reconversión en biocombustible. El acuerdo que acaba de suscribir la Municipalidad con las partes contempla que uno de los colectivos de La Mixta use un combustible compuesto en un 20% por este biodiesel. Se analizará su funcionamiento durante seis meses y se comparará el rendimiento de este coche con otro que use el gasoil tradicional.

El aporte del Albardón Bio será gratuito en esta etapa. Al cabo de ese período, si las conclusiones son favorables, la idea es extender esta práctica a más unidades, tanto por razones de costo como medioambientales. Y allí sí se podrían abrir las puertas de un negocio. “Hoy no hay nicho comercial porque primero se tiene que demostrar que el colectivo puede funcionar bien con este 20%, después se verá”, advirtió Juan Facciano, uno de los responsables de la empresa.

De cualquier modo, las partes son optimistas con la experiencia y de hecho el convenio con el municipio contempla una campaña de difusión y concientización para que más actores se sumen a la movida. “Estimamos que los shoppings y fábricas de alimentos pueden aportar mucho aceite”, dijo a punto biz Juan Leguizamón del Fiem y rescató la importancia de la iniciativa: “Es la primera vez que se hace una experiencia de este tipo que es apoyada tanto por los privados como por la parte pública que interviene con muchas dependencias”.

La prueba se realizará por el lapso de seis meses. Y este programa tiene dos objetivos centrales: solucionar el grave problema de contaminación que representa la disposición final de los aceites vegetales (un solo litro de aceite usado puede contaminar el agua que una persona utiliza en 14 años); y reducir la polución de los motores diésel.