Cúspide plantará una nueva boca en local de Ameghino

Ameghino cerró sus puertas tras casi un siglo de vida en Rosario, y la cadena Cúspide se prepara para abrir su cuarta boca en la plaza en el mismo local, que continuará entonces siendo librería.

Aunque la operación tiene algún grado de parecido con la que Cúspide efectuó con Librerías Ross a principios de año, fuentes de la tradicional librería local dijeron a punto biz que ellos simplemente bajarán las persianas de su local, y que Cúspide arregló directamente con los propietarios del inmueble para arrendar. Suena raro, porque los dueños de Ameghino habrían desaprovechado en tales circunstancias el valor que significa el fondo de comercio en este tipo de transacciones.

En el marco de un ambicioso plan de expansión, Cúspide viene de comprar la emblemática librería Ross a comienzos de año. Ross atravesaba por un proceso preventivo de crisis por atrasos en el pago de sueldos, situación a la que se había llegado por malos manejos gerenciales en un contexto de retracción y concentración del mercado librero.

El arreglo al que se llegó fue la venta a la empresa manejada por el Grupo Clarín del fondo de comercio de Ross, así como el alquiler del local, que siguió perteneciendo a la firma local. Los empleados fueron absorbidos por Cúspide que además se quedó con una ubicación privilegiada en plena peatonal Córdoba.

Pero los negocios de Cúspide no terminaron allí, y le apuntó a quedarse con la otra cadena tradicional de Rosario, Ameghino. De acuerdo a fuentes de Ameghino, el inmueble no pertenecía a la razón social, por lo que la operación para llegar al local se cerró por otro lado.Tampoco se transfirió el fondo de comercio, y el stock de libros fue en su mayoría entregado a las editoriales en consignación, y el resto donado a bibliotecas y escuelas, acotaron las mismas fuentes.

Así fue que Cúspide habría accedido al local de Corrientes 868 sin pagar la llave. Algunas versiones dan cuenta que las intenciones de la cadena que pertenecen al Grupo Clarín van más allá aún, y estarían tanteando el mercado para acceder a una nueva plaza. Pero en este caso no sería una librería en actividad.

Por lo pronto, Ameghino se despidió de sus clientes con un breve comunicado firmado por César Gasparinetti, hasta hoy presidente de la librería, se anunció el cierre tras 97 años de vida. El gerente de la empresa, César Camacho, ratificó la determinación y explicó que se debió a motivos estrictamente familiares. “Hacía tiempo que lo veníamos charlando internamente porque creíamos que el ciclo se había cumplido y queríamos cerrarlo de la mejor manera”, dijo a Punto Biz.

Camacho contó que el fallecimiento de su abuela meses atrás, una de las principales sostenedoras del proyecto, aceleró la decisión que se concretó ayer. Aunque previamente habían sido notificados proveedores y los once empleados, con quienes dijo que se llegó a un acuerdo para cerrar el vínculo en buenos términos.