Otra corredora de granos de Rosario que cambia de manos

La corredora de granos Agroceres, operadora de la Bolsa de Comercio de Rosario, cambió de dueño. Según hizo público la empresa al comunicar el cambio en el transparente del recinto del mercado de granos, sus dos socios Carlos Dallaglio, presidente del Centro de Corredores, y Carlos Diez, le vendieron todo el negocio a la familia Balista, vinculada con el negocio cerealista, que además ampliaron el capital social de la compañía. 

Según informó la empresa al Consejo Directivo de la Bolsa de Comercio, que en su reunión del martes pasó revista a este tema, Lucas y Ezequiel Balista se quedaron cada uno con el 50% de la empresa, mientras que Gustavo Balista, que es quien tiene más recorrido en la venta mayorista de cereales y oleaginosas, es el nuevo gerente general. Con el recambio, Diez se desvinculó totalmente de Agroceres, mientras que Dallaglio quedó como apoderado y continuará como su operador y representante institucional de la firma en la Bolsa. Dallaglio fue reelecto este año como presidente del Centro de Corredores de Rosario con amplio consenso de los asociados (su lista fue la única) y además ganó reconocimiento entre sus pares (y de la conducción de la Bolsa) por la férrea representación de los intereses del corretaje en las negociaciones con CNV para la adecuación del sector en la nueva ley de mercado y con Agricultura en las conversaciones para la implementación del registro obligatorio de operaciones, pronto a ponerse en marcha.  

Agroceres había quedado muy golpeada por la caída en 2013 de su principal cliente, el acopio Aibe de Pavón Arriba, que no pudo resistir dos campañas climáticas muy complicadas y un plan de fuerte crecimiento muy arriesgado para el tiempo ajustado que vive el campo. “Ahora empieza una nueva etapa. La idea es dar vuelta de página y aprovechar el nuevo flujo para recomponer y crecer con renovado impulso”, le dijo ayer a punto biz Dallaglio al ser consultado por la información que apareció publicada en el transparente del recinto.

En un contexto de costos crecientes, rentabilidad más acotada en los comitentes, productores que retacean ventas de granos, cosechas que aumentan pero sin brillo en los precios, y las crecientes exigencia administrativas y patrimoniales del gobierno a los operadores producto de la reforma de la ley de mercados, el negocio de la intermediación cerealista está en profunda reconversión con todo tipo de ventas de corredoras (algunas de manera tradicional y otras no tanto). Y mientras que el negocio se concentra, también –como quedó a la vista cuando el Banco Macro compró el 65% de Comercio Interior– aparecen en el horizonte nuevos actores sobrevolando el negocio.