Productor modelo 2024

Siempre en la previa de lo más fuerte de la cosecha gruesa, la megaferia Expoagro suele servir para medir la sensación térmica del campo de cara a las inversiones previstas para el resto del año. “La edición 2023 fue una lágrima”, comparaban este
año algunos asistentes con el evento organizado hace doce meses, en medio de una sequía histórica. La tónica de entonces estuvo dada por la intención de los agropecuarios de comprar fierros y la decisión de abrir carpetas para las líneas de financiamiento bancario. Pero las pretensiones con el paso de las semanas no se plasmaron en los negocios y sectores clave como el de la maquinaria agrícola, los servicios y los insumos en general acusaron recibo del parate.

Lo cierto es que el panorama en la exposición de San Nicolás este año fue distinto. Ya en los primeros dos días de actividad se superó el nivel de consultas de la edición pasada, en una dinámica que además fue estimulada por las lluvias el fin de
semana previo a la realización del evento. De acuerdo a los organizadores de Expoagro, hubo un récord de concurrencia, superando los 180 mil visitantes y se registraron más de u$s2.000 M en solicitudes de créditos por parte de los productores
agropecuarios y empresas del sector. Siempre de acuerdo a cifras oficiales, en los cuatro días de muestra hubo más de 600 empresas expositoras, alrededor de 50 lanzamientos de productos y servicios, mientras que en el Centro de Agronegocios
del evento se realizaron unas 200 reuniones de vinculación.

Volviendo al tema financiamiento, se destacó la labor de la banca pública, en la cual el Banco de la Provincia de Buenos Aires recibió más de 2.000 pre solicitudes de crédito para compra de maquinaria por $270.000 M y u$s140 M. Por su parte, el Banco Nación (BNA) multiplicó el financiamiento destinado al sector agroindustrial con la colocación de $900.000 M y u$s 450 millones, logrando operaciones récord en asistencia crediticia para capital de trabajo e inversión en comparación
con los últimos 6 años. De hecho, ya con la expo finalizada y con el objetivo de mejorar los beneficios de la oferta llevada a San Nicolás, el BNA bajó las tasas correspondientes a los
certificados de los préstamos en pesos para la adquisición de maquinaria agrícola: pasó de 68% a 44% –en el caso de la Promo Lanzamiento– y de 80% a 56% en la Promo Expoagro 2024. En total se recibieron 4.477 solicitudes, puntualizaron los organizadores.

Partiendo de la tesis de ver a Expoagro como una radiografía del productor que viene, lo que se observó entre las calles del predio ubicado sobre la Ruta 9 fue una interesante guía que expuso, en principio, a una chacarero ávido por renovar equipamiento y seguir a la vanguardia de la evolución global de los mecanismos de producción agropecuaria. No obstante, la feria a campo dejó ver un actor rural que no está tan convencido del tipo de cambio en un contexto de fuerte retracción de los valores internacionales de cultivos clave como la soja. Eso limitó algunas decisiones que, de registrarse un precio más convincente para los granos, se hubiesen plasmado en hechos concretos. Punto biz realizó una recorrida por la expo para conocer cuál será la conducta del productor de cara a las campañas que se vienen luego de varios ciclos de letargo, producto de la sequía extrema que sufrió la región.

Con pie de plomo

“Mucha gente consultando precio e interesada en cerrar compras, pero también una porción importante que decidió esperar a levantar la cosecha. Es que los precios están a la baja y hay actores que mostraron su costado más cauto”, precisó desde Expoagro Claudio Pereyra, sub-gerente de Agricultores Federados Argentinos (AFA), en contacto con Punto biz.

La impronta que describe el ejecutivo de AFA coindice con la visión de los analistas agropecuarios que indican que la incertidumbre, al margen de los mejores rindes esperados para la cosecha gruesa, será un elemento que modele la conducta del ruralista en tres dimensiones: lo estrictamente económico a partir de la chance de que el Gobierno nacional toque el régimen de retenciones o el tipo de cambio específico para el campo, variables climáticas ante la posibilidad de la vuelta de un
período “Niña” que disipe lluvias, y finalmente el esquema de precios internacionales que vienen a la baja y no convencen.

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