En un mundo donde la tecnología se convirtió en algo básico para el desarrollo de cualquier economía, la industria del software alcanzó una posición de privilegio clave en la mayoría de los países. Se trata de considerar a los nuevos avances como factores determinantes que garantizarán la inclusión y el crecimiento. En este sentido, Argentina no es la excepción. Durante los últimos años, el país ganó competitividad en base a la alta calidad de sus recursos y gracias a los costos comparativamente razonables.
Una de los principales estímulos que recibió el sector fue la sanción en el año 2004, de la ley n° 29.522 de Promoción de la Industria del Software, cuyo alcance para el sector fue prorrogado en el 2011. La misma otorga importantes beneficios fiscales a las empresas del sector que inviertan en investigación y desarrollo.
La industria del software nacional cuenta con excelentes profesionales que generan productos y servicios de calidad internacional. Argentina tiene recursos altamente capacitados, por lo tanto, mantener al personal es uno de los principales objetivos para las compañías. Para eso son cada vez más frecuentes las políticas de Recursos Humanos destinadas a fidelizar, capacitar y formar a los profesionales. Asimismo, se observa una mayor interacción con las universidades para fomentar el desarrollo de carreras relacionadas a esta industria, y así incrementar la cantidad de jóvenes graduados con conocimientos básicos en diferentes soluciones.
Uno de los desafíos principales del sector pasa por continuar desarrollándose para seguir consolidando su representatividad como industria nacional a través de cámaras sectoriales. Respecto al ámbito público, las oportunidades de mejora son las mismas que requieren todas las empresas que invierten localmente, ya que los entes gubernamentales comprendieron la importancia y el valor agregado que aporta la tecnología en la atención al ciudadano, y que están básicamente en torno al concepto de garantizar la seguridad jurídica dentro de cuyo marco es posible ampliar las inversiones. Hay segmentos como manufactura, distribución comercial y agroindustria, entre otros, que marcarán una tendencia positiva y es en ellos en los cuales la industria del software debe posicionarse.
Entonces, se podría considerar que los desafíos son tan grandes como las oportunidades que plantea el desarrollo de una industria cuyos límites son difíciles de vislumbrar. Las claves pasarán por: lograr una mayor organización, saber aprovechar las oportunidades que ofrece el país, el valor del capital humano listo para trabajar con estándares internacionales y, en base a eso, potenciar el desarrollo de una industria nacional del software para apoyar el crecimiento de la economía del país.
