Construyendo un futuro: la industria de la arquitectura sustentable

Planificar una construcción previendo el impacto que va a generar la obra en su entorno y lograr que la misma sea eficiente energéticamente es una opción y también una tendencia a la hora de encarar un proyecto inmobiliario. Entre 2015 y 2020 las construcciones enmarcadas en el paradigma de la arquitectura sustentable crecieron 78,8% en todo el mundo.

Construir y reciclar preservando el entorno, optimizando recursos y abogando por el bienestar de las personas que las habitan, a la par que se reduce el consumo de energía, significa promover tanto la mitigación del impacto ambiental como la eficiencia económica a largo plazo. Lo que puede aparecer como un interés individual para una vivienda, está transformándose
en un “must” en el mundo empresarial, sobre todo entre las multinacionales ¿A qué responde este fenómeno?

La construcción es responsable del 37% de la contaminación en el mundo. Los países que adhieren a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se comprometieron a alcanzar emisiones cero en la construcción para el año 2050. Este objetivo
se traduce en la demanda de modelos de edificación de bajo impacto ambiental a lo largo de todo su ciclo de vida. Esto es, desde la concepción del proyecto hasta su posible reciclaje o demolición.

En este contexto, distintas instituciones otorgan certificaciones que califican los parámetros de sustentabilidad bajo los que está proyectado y construido un edificio. La más conocida, es la estadounidense “Leadership in Energy & Environmental Design” (Leed) que otorga el Green Building Council, el cual cuenta con una sede en Argentina. Según indica la institución norteamericana, sólo 104 edificaciones del país obtuvieron su certificación. En Rosario son cinco, un número que da cuenta de la exclusividad del sello si se tiene en cuenta que se construyen entre 700 y 800 nuevos edificios anualmente en la ciudad.

La arquitecta Natalia Feldman, quien fue subsecretaria de Ambiente de la Municipalidad y vicepresidenta del Colegio de Arquitectura y Urbanismo de Rosario, actualmente es directora de Lowilab, un estudio dedicado a la arquitectura sustentable que se especializa en edificios de consumo de energía casi nulo, cuyo objetivo es reducir la demanda energética, maximizar la eficiencia de las instalaciones y generar energía renovable.

“Edificios de Consumo de Energía Casi Nulo”

Para la especialista, las escasas certificaciones Leed otorgadas en Rosario no son representativas del lugar que ocupa la arquitectura sustentable en la construcción local. “Hay obras que cumplen con todas las variables que requiere la sustentabilidad pero no tienen la certificación internacional porque está pensada para otro tipo de mercado”, explica. En este sentido, comparte que recibe muchos clientes interesados en obtener la certificación pero el entusiasmo se frena a la hora de conocer los costos.

Construcción sustentable y certificación

En lo que implica la habilitación de los servicios, la construcción sustentable es igual a cualquier otra: los trámites y los plazos son los mismos. Ante Aguas Santafesinas existe la posibilidad de solicitar un medidor que cotice en base al consumo real y no a los metros cuadrados de la superficie. En cambio, la Empresa Provincial de la Energía (EPE) no ofrece la posibilidad de bajar el pedido de potencia.

Feldman asegura que hacer un edificio de eficiencia energética no requiere una inversión significativamente más alta. “En tiempo es lo mismo y en costo un 15% más”, sostiene. Sin embargo, si se quiere obtener una certificación internacional es otra historia.

Hay muchas certificaciones pero las más conocidas en Argentina provienen de Estados Unidos y de países de la Unión Europea. Cada una varía según las exigencias y establece distintos niveles y precios. La principal variable para determinar su costo es la cantidad de metros cuadrados de la superficie a certificar. Para ello hay dos cotizaciones: la de inscripción y la de seguimiento de sustentabilidad, proceso que contempla desde el diseño hasta el año posterior de la ejecución. Certificar como Leed una construcción de 800 metros cuadrados, por ejemplo, tiene un costo aproximado de u$s 3.000 y u$s 70.000 más IVA, respectivamente. El sello que ofrece la opción más económica también es estadounidense: el certificado Excellence in Design for Greater Efficiencies (Edge) para esos 800 metros cuadrados requeriría un costo de inscripción de u$s 2.300 y u$s 25.000 más IVA en la segunda instancia de pago.

“En Rosario nos pasa mucho que nos convoquen de instituciones y cuando se enteran de los precios quieren optar por una construcción con eje en la eficiencia energética pero no certificar”, relata la directora de Lowilab. En este sentido, explica que las certificaciones Leed son solicitadas mayormente por oficinas de empresas multinacionales, ya que las mismas cuentan con una fuerte agenda verde y demandan para el sello para su sede local.

La profesional describe que además del costo en moneda extranjera de la certificación, las exigencias que establece el Green Building Council también significan un encarecimiento de la obra. “Demanda materiales caros de construcción y de equipamiento”, explica. Para obtener la validación Leed se exige, por ejemplo, que el 90% de los materiales de obra hayan emitido una baja cantidad de carbono, que la madera tenga sello de deforestación o que los acondicionadores de aire sean de bajo consumo. En este caso, los equipos no se fabrican en el país y tienen que importarse. “Son planteos innovadores pero no están pensados para Argentina”, plantea la arquitecta.

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