Un nuevo centro cultural rosarino fusiona arte con gastronomía de nivel

Una vuelta de tuerca bastó para crear un nuevo espacio cultural que fusiona la exposición de arte y la gastronomía de alto nivel. El Centro Cultural Contraviento abrió sus puertas en Pichincha con un modelo singular, que combina la posibilidad de ver obras y muestras artísticas y la buena cocina, en el contexto de un encuentro social . 

Se trata de un proyecto que maduró de a poco y contó con una fuerte inversión edilicia en Rodríguez 721 sobre una edificación preexistente de fines de la década del 30 que fue refaccionada y ampliada, pero que preserva el estilo modernista del Art Decó. La propia obra arquitectónica, desarrollada en tres plantas, es parte del concepto. 

Sus propietarios son rosarinos de perfil bajo y sostienen que "lo único importante es la marca y el proyecto”. Provienen de la industria de la construcción local, del gerenciamiento de grandes empresas y de la cultura. 

El espacio se inauguró el 14 de marzo pasado  y abre al público de martes a sábados de 8 a 20, y domingos de 8 a 15, para todo aquel que busque pasar un momento singular. Las expresiones artísticas del proyecto privado versarán sobre pintura, música, poesía, entre otras expresiones. Un moderno salón central puede albergar hasta 80 personas. 

El bar

Para amenizar el ambiente artístico se pensó en Contraviento Bar como canal para compartir charlas. El bar está abierto al público en general y cuenta una carta variada en desayunos, almuerzos, brunch con pastelería especial, y el acompañamiento de refrescos o de un infaltable buen café o vino. En un futuro no muy lejano se sumará una propuesta de restó reservado. 

El espacio gastronómico lo gerencia el dueño de un reconocido restaurante de Fisherton con aires rockeros, mientras que la cocina la pilotea Toto Pagura, de experiencia en la cocina hotelera. 

Una búsqueda a Contraviento 

Uno de sus mayores objetivos es implantar un concepto diferente en la construcción del nexo entre cultura y la sociedad rosarina. El Centro Cultural Contraviento se propone construir una agenda artística propia sobre la base de grandes temáticas o problemáticas locales. El primer abordaje sorprende: “Cultura y narcotráfico”. 

“Innovadora y abandonada, orgullosa y despistada Rosario es el escenario de este Centro Cultural que tiene en el Contraviento su motor, su energía. El viento sopla, acaricia y molesta; el contraviento abraza, acalora e invita”, reza en su página web.